lunes, 23 de junio de 2008

El crimen invisible

El Consejo de Seguridad de la ONU tiene sus ojos puestos en Colombia por la impunidad en el reclutamiento de niños: sólo dos juicios en más de 10.000 casos. En mayo llega la mano derecha del Secretario General para establecer un monitoreo.

El tema de los niños en la guerra parece escandalizar a muy pocos en Colombia. Un estudio reciente reveló que menores de 6 años son reclutados por la guerrilla, y el dato no mereció ni un titular de periódico. Tampoco se ha sentido ningún estremecimiento en el país por los relatos de los más pequeños de las tropas de 'Martín Llanos' -el jefe paramilitar que nunca se desmovilizó-, según los cuales a la hora del almuerzo les servían carne humana, asada, para que perdieran cualquier escrúpulo. Ni mucho menos a alguien pareció importarle que la mayoría de las fotos recuperadas del computador de Iván Ríos, el jefe del Secretariado de las Farc recientemente muerto, mostraran adolescentes, bonitas y felices, exhibiendo sus fusiles.

La indiferencia del país no sólo muestra que algo está descompuesto en la Nación, sino que de seguir así puede resultar costándole muy caro. El próximo mes viene a Colombia la mano derecha del Secretario General de la ONU para el tema de los niños en conflictos armados, Radhika Coomaraswamy, para coordinar los términos de un monitoreo especial porque el país hace parte de una penosa lista de 17 naciones del mundo cuyos estados patrocinan o permiten -este último es el caso de Colombia- el reclutamiento de menores en grupos armados.

Nunca antes el nombre de Colombia se había mencionado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en estos términos. Y el país no parece entender la gravedad del caso. Si bien no es tan delicado como estar en la 'agenda' del Consejo -situación en la cual el país pierde el control de sí mismo y lo asume este grupo elite de la comunidad de naciones-, la inclusión en esta lista es importante si se tiene en cuenta que por ninguna otra razón el tema del país ha sido puesto en observación por esta alta instancia.
De la constelación de países que promueven el reclutamiento de menores hacen parte Afganistán, Burundi, República Centroafricana, Congo, Irak, Líbano, Myanmar, Nepal, Somalia y Sudán. Colombia está en un segundo grupo, el de los que lo permiten (aunque en cualquier momento puede subir a la titular), con Chad, Filipinas, Sri Lanka y Uganda.

En Colombia el caso se ha tratado como un asunto menor. Tanto, que como por arte de magia ha desaparecido, en la práctica, un delito que como el de reclutamiento de menores es considerado de los peores crímenes de guerra. Los datos de impunidad son escandalosos: deberían estar abiertas por lo menos 3.500 investigaciones -ese es el número de menores que entregaron los paramilitares-, pero sólo se han iniciado 510 y de ellas sólo prosperaron dos.
Continua