viernes, 19 de septiembre de 2008

Los estudiantes revoltosos.

Es preocupante la información dada a conocer a la opinión pública por el DAS. Las pesquisas realizadas por el Departamento Administrativo de Seguridad han comprobado la infiltración que viene llevando a cabo el grupo terrorista de las FARC desde el año 2000 en las universidades públicas. Inclusive, los mismos informes precisan también, que hasta en los colegios públicos los estudiantes de los últimos grados están siendo adoctrinados por las milicias urbanas de la organización terrorista.

Para los que pertenecen a la misma ideología que pregonan estas estructuras criminales dirán que eso no es nuevo y no amerita tanto “alboroto”. Aún más, podrán decir que todo corresponde a una cortina de humo para tapar esto o aquello que hace el gobierno; en fin los mismos disparates con los que se defienden cuando se dan a conocer a la opinión pública sus actuaciones delictuosas.

Las acciones que viene acometiendo el grupo terrorista, para reclutar estudiantes en su mayoría menores de edad, es un acto desesperado de las FARC por tratar de darle tinte político a su organización. Ahora, es de conocimiento público que las actuaciones de esa organización no tienen nada de político, por el contrario, sus actuaciones no son más que las de un grupo narcotraficante. Por eso, es repudiable que pretendan “lavarle el cerebro” a estos estudiantes con falsas promesas.

Por cuenta de la política de seguridad democrática, implementada por el gobierno nacional, el grupo terrorista ha tenido un retroceso en todo el país. Hoy, los frentes que aún le quedan a esta organización no son ni sombra a lo que fueron en la época de la zona de despeje en El Caguán. Además, la retirada que ha tenido que hacer de los cascos urbanos, debido al acoso de la tropa gubernamental, los ha obligado a internarse en lo más profundo de la selva. Lo anterior, explica porque ya no tienen el poder de coaccionar a las familias campesinas para reclutar a sus miembros, especialmente los menores de edad. En el pasado, antes de los golpes propinados por las fuerzas armadas colombianas, ellos tenían el control territorial de vastas zonas del país, principalmente las rurales, lo que les permitía reclutar a la fuerza a miles de campesinos. Hoy, la seguridad democrática les ha brindado seguridad a estas antes zonas de influencia guerrillera, por lo que las poblaciones se sienten resguardadas del influjo de estas estructuras criminales del pasado y, por lo tanto, no entran a engrosar sus filas.

De acuerdo con el párrafo anterior, las FARC han tenido que volver a su estrategia de embaucar a estudiantes mediante falsas ideologías que, entre otras cosas, han sido revaluadas por la historia por desastrosas y malignas.

Debido, a que la seguridad democrática fue diseñada para atender las zonas rurales del país, las cuales fueron apabulladas en el pasado por estos grupos, los centros urbanos de las capitales se están convirtiendo en las guaridas de los miembros de estas organizaciones. Aunque las conformaciones de las milicias urbanas datan del pasado, ahora más que nunca, el grupo terrorista le apuesta sus últimos restos a buscar un respiro ocultándose tras falsas posturas ideológicas y políticas.

También, preocupa la pasividad de los órganos jurisdiccionales colombianos para abrir investigación a todos aquellos colombianos que no esconden su odio en contra del pueblo colombiano. El rencor que esconden, motivado por sus propias debilidades, lo quieren descargar atacando a la sociedad. Es funesto para las nuevas generaciones que se inicie el ciclo del pasado, cuando muchos estudiantes se dejaron embaucar por falsas ideologías y se adentraron en el oscuro mundo del terrorismo. Generaciones perdidas de colombianos que dilapidaron los anhelos de sus familias y las oportunidades que les brindó el sistema educativo para engrosar las filas de movimientos que sólo han demostrado buscar el enriquecimiento de sus líderes. Mientras que esta camada de jóvenes se envejece en la manigua luchando por falsos ideales sus jefes se llenan las alforjas con dineros provenientes de las drogas y de la destrucción del pueblo colombiano.

Estos estudiantes son engañados para convertirlos en carne de cañón. Sin lugar a dudas, los lanzarán a la muerte sin ningún tipo de consideración, sólo con el propósito de hacerle creer al mundo que su lucha es política y justiciera.


El pueblo colombiano y las autoridades pertinentes, no pueden bajo ningún pretexto permitir que de nuevo se conviertan los claustros universitarios en incubadoras de terroristas. La presencia de estas milicias debe ser combatida por el Estado de todas las formas posibles. No se puede aceptar que, después de tanto dolor que ha sufrido este país, se pretenda volver a instigar a la sociedad colombiana de bien.

Así que, se hace necesario que las autoridades judiciales del país inicien las investigaciones de rigor y procedan a la administración de justicia conforme a las leyes. No puede, la justicia colombiana seguir actuando de un sólo lado. El colombiano del común les exige a las autoridades judiciales del país que se libren las medidas de aseguramiento a todos aquellos que han profanado de nuevo la alma máter.

Por último, tenemos que recordar que los estudiantes universitarios de las universidades públicas son privilegiados. Basta con comparar los costos educativos entre estas facultades y las privadas. De ahí, que no se puede destruir lo que todos los colombianos de alguna manera contribuyen a mantener. No se pueden desviar los objetivos de la universidad pública y, mucho menos, que se convierta en fortín de algunos personajes con frustraciones personales o en el peor de los casos con complejos de personalidad.

Por: Raúl Lombana Hernández

martes, 29 de julio de 2008

Las FARC adiestran a 11 mil menores para reactivar plagios y ataques con explosivos

Separados de sus familias con engaños, secuestrados siendo unos niños u obligados a sumarse a las filas de la guerrilla bajo amenazas de asesinar a sus padres y hermanos, en este marco se encuentran los al menos 11 mil menores de edad que conforman la “sangre nueva” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que, según reportes de inteligencia de Estados Unidos y del Ejército Colombiano, son adiestrados para revivir la empresa del secuestro y atentados que han caracterizado a este grupo armado.

De acuerdo con reportes del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) y del gobierno colombiano de Álvaro Uribe, la liberación de Íngrid Betancourt y de otros 14 rehenes el pasado 2 de julio se logró no por una operación sacada al vapor, pues se planeó con tiempo, paciencia y tácticas de guerra desde febrero de 2003, una semana después del secuestro de los estadunidenses Marc Gonsalves, Keith Stansell y Thomas Howes, cuando la avioneta en la que viajaban cayó en una zona selvática colombiana.

Los informes refieren que aunque entrar al corazón de la cúpula de las FARC es arriesgar la vida misma para cualquier persona, en marzo pasado se logró infiltrar a varios militares colombianos entre la guerrilla, al simular ser parte de un contingente humanitario de asistencia.

SIN CABEZA. La confusiones que existen actualmente entre los rebeldes tras la muerte del número dos de las FARC, Raúl Reyes, el pasado 1 de marzo en territorio ecuatoriano, y el fallecimiento de Manuel Marulanda, alias también de Tirofijo, el 26 de marzo pasado a causa de un infarto, han desequilibrado el accionar del propio secretariado del grupo extremista que, en una apurada acción, eligió a Alfonso Cano como su nuevo líder, pese a que existe inconformidad por su designación entre varios grupos de la propia guerrilla, lo que ha derivado en que varios rebeldes han preferido entregarse que seguir dentro del grupo.

La inteligencia estadunidense refiere que incluso la propia cúpula de las FARC ha dado más prioridad al adiestramiento de los cerca de 11 mil menores que tiene en sus filas y a los que prepara para reactivar la empresa de secuestro de personas adineradas, de políticos y también les enseña a preparar y colocar artefactos explosivos sin abrir sospechas entre las fuerzas de seguridad del país.

De acuerdo con la organización humanitaria Human Rights Watch, en la actualidad son más los menores de 18 años que integran las filas de este grupo extremista que gente veterana. Cifras del gobierno de Colombia indican que la guerrilla de las FARC cuenta con un contingente de no más de 57 mil elementos, de los que la mitad es gente joven y 11 mil son menores.

JAQUE. Reportes de la prensa colombiana indican que menores de 15 años, en su mayoría niñas, integran un numeroso contingente guerrillero que se detectó en el lugar donde se encontraron los 15 rehenes liberados por tropas del ejército en la denominada Operación Jaque.

El comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla de León, dijo que los miembros de la misión de rescate que desembarcaron en el área reportaron que en el grupo había “muchos menores de edad”.

Padilla de León resaltó que para fortuna de ellos no se procedió a un ataque armado, “porque las consecuencias hubieran sido lamentables”.

INCOMUNICADOS. Para evitar nuevas sorpresas por parte del gobierno colombiano, según informes del ejército, la guerrilla se ha dispersado en la selva y se mantiene incomunicada, dado que tras enterarse que los teléfonos satelitales que poseen están intervenidos no quieren dejar rastros para ser ubicados.

De la suerte de los al menos 700 rehenes que siguen en poder de la guerrilla, el gobierno de Álvaro Uribe ha pedido a las FARC que los liberen a cambio de perdonarles la vida y ofrecerles un juicio justo y la no extradición de sus líderes a Estados Unidos.

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=372521

miércoles, 23 de julio de 2008

Tres menores heridos al pisar campo minado en el sur de Bolívar

Dos niñas de 15 y 10 años y un niño de 8, resultaron heridos al pisar un campo minado en el corregimiento El Diamante, municipio de Simiti, en el sur del departamento de Bolívar.

El padre de los menores, Diocenel Quintero, dijo a Caracol Radio, que sus hijos pisaron el campo minado, cuando caminaban hacia la casa.

Aseguro que cuando los vio en el piso, gritando del dolor, no pudo contener el llanto y como pudo los saco del lugar con la ayuda de otros habitantes de la zona.

Los tres menores fueron trasladados al Hospital Universitario de Santander, donde son atendidos por médicos especialistas.

Las dos niñas serán intervenidas quirúrgicamente y el niño se le realizará un análisis interno de su cuerpo, porque no presenta heridas abiertas.

En el sur de Bolívar, los grupos guerrilleros del ELN y FARC, son lo que han sembrado en las ultimas dos décadas, minas antipersona.

Le amputan pie a una de las niñas

La niña de 10 años que pisó una mina antipersona, en zona rural de Cimití, sur de Bolívar, le fue amputado el pie derecho.

Así lo informó el médico Gonzalo Cáceres, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, de la Fundación Cardiovascular del Oriente Colombiano de Bucaramanga, donde fue atendida la niña.

Explicó el médico, que las heridas comprometieron venas, arterias y nervios, lo que impedía que llegara sangre hasta el pie.

Ante esta situación, un grupo interdisciplinario de cirujanos, tomó la decisión de amputar, para evitar una posible infección, que comprometiera el resto de la pierna.

martes, 22 de julio de 2008

Los niñ@s: nuestro mínimo común denominador

Los indefensos y, por lo tanto, vulnerables son la prioridad en cualquier sociedad civilizada y democrática. Un mínimo sentido de humanidad y convicción deberían bastar para que ese principio se cumpla. Pero, en un país como el nuestro, toca dar una lucha titánica para volver lo obvio ley y luego una lucha mayor para que la ley se cumpla.


Nada distinto a la degradación humana explica las aterradoras cifras de violación de los derechos de los niños/as en Colombia. La triste realidad es que en Colombia se violan sistemática y brutalmente los derechos de millones de niños/as porque es más fácil y menos castigado. Ellos/as triplican el número de víctimas dentro y fuera del conflicto. En el conflicto, porque son más baratos de reclutar, y por fuera de él, simplemente porque es más fácil abusar de Ellos/as. En ambos casos porque el castigo es prácticamente nulo.


Según datos oficiales, 250.000 colombianos fueron víctimas de causas asociadas al conflicto armado en el 2006. Ese mismo año, 850.000 niños/as fueron severamente maltratados, 200.000 más fueron violados y otros 25.000, explotados sexualmente. Eso quiere decir que, al año, un millón de los 14 millones de colombianitos menores de 14 años son víctimas de delitos de lesa humanidad. Lo peor es que el 99 por ciento del millón de violadores de ese millón de niños/as siguen libres. Muchos no serán siquiera judicializados. Hoy, no es delito ser cliente sexual de un menor o promover la pornografía infantil. Por cuenta de eso, Colombia se "vende" internacionalmente como paraíso del "turismo sexual infantil". Hoy, violadores y asesinos, como el 'monstruo Garavito', quedan libres al cabo de una pena irrisoria, si es que los capturan. La mayoría de los violadores y abusadores reincide y victimiza a otros niños/as. Nuestra legislación permite tal nivel de impunidad.


Por definición, los niños/as están en condición de indefensión e inferioridad frente a sus victimarios. De esa condición innata se aprovechan sus violadores, sean armados, sexuales, afectivos, psicológicos o físicos. Superar la degradación humana de los violadores de los derechos de la infancia tomará décadas, pero superar la inacción legal frente a esa degradación requiere apenas la acción firme de las mayorías ciudadanas. Los niños/as no pueden esperar y tampoco los ciudadanos que tenemos la convicción de que sus derechos son nuestra prioridad.


En buena hora, la bancada de mujeres del Senado ha propuesto una iniciativa para que la pornografía infantil y el turismo sexual con menores se tipifiquen como delitos. Pero, además de tipificar las conductas, tenemos que asegurar que los castigos sean proporcionales y efectivos. Todo daño causado a un niños/as por abuso físico, sexual o psicológico es irreversible. Igualmente irreversible debe ser el castigo. Por eso creo que lo mejor es sumarnos todos al referendo que este miércoles 25 de junio, a las 10 a.m., se lanza en la Fiscalía General de la Nación, para que los jueces puedan imponer penas hasta de prisión perpetua para los delitos de asesinato, violación y explotación sexual, maltrato severo y secuestro, cometidos contra los niños menores de 14 años, que son las víctimas más frecuentes de estos crímenes.

El artículo 34 de la actual Constitución impide la prisión perpetua.
Por eso se requiere un referendo constitucional que modifique ese artículo y permita el castigo más severo, la prisión perpetua, para los delitos más graves, los cometidos contra los niños/as Es lo menos que podemos hacer desde el punto de vista legal ante la falta de humanidad y el mar de impunidad.


Este tipo de causas, aunque no exentas de debate, deben concitar consenso y, sobre todo, acción. Basta nuestra firma y luego nuestro voto para que ese referendo se vuelva norma y después nuestro apoyo vigilante para que se vuelva acción. A ver si al fin logramos que, por sentido común y mandato legal, los niños y niñas sean realmente nuestro mínimo común denominador.

Claudia Lopez