viernes, 19 de septiembre de 2008

Los estudiantes revoltosos.

Es preocupante la información dada a conocer a la opinión pública por el DAS. Las pesquisas realizadas por el Departamento Administrativo de Seguridad han comprobado la infiltración que viene llevando a cabo el grupo terrorista de las FARC desde el año 2000 en las universidades públicas. Inclusive, los mismos informes precisan también, que hasta en los colegios públicos los estudiantes de los últimos grados están siendo adoctrinados por las milicias urbanas de la organización terrorista.

Para los que pertenecen a la misma ideología que pregonan estas estructuras criminales dirán que eso no es nuevo y no amerita tanto “alboroto”. Aún más, podrán decir que todo corresponde a una cortina de humo para tapar esto o aquello que hace el gobierno; en fin los mismos disparates con los que se defienden cuando se dan a conocer a la opinión pública sus actuaciones delictuosas.

Las acciones que viene acometiendo el grupo terrorista, para reclutar estudiantes en su mayoría menores de edad, es un acto desesperado de las FARC por tratar de darle tinte político a su organización. Ahora, es de conocimiento público que las actuaciones de esa organización no tienen nada de político, por el contrario, sus actuaciones no son más que las de un grupo narcotraficante. Por eso, es repudiable que pretendan “lavarle el cerebro” a estos estudiantes con falsas promesas.

Por cuenta de la política de seguridad democrática, implementada por el gobierno nacional, el grupo terrorista ha tenido un retroceso en todo el país. Hoy, los frentes que aún le quedan a esta organización no son ni sombra a lo que fueron en la época de la zona de despeje en El Caguán. Además, la retirada que ha tenido que hacer de los cascos urbanos, debido al acoso de la tropa gubernamental, los ha obligado a internarse en lo más profundo de la selva. Lo anterior, explica porque ya no tienen el poder de coaccionar a las familias campesinas para reclutar a sus miembros, especialmente los menores de edad. En el pasado, antes de los golpes propinados por las fuerzas armadas colombianas, ellos tenían el control territorial de vastas zonas del país, principalmente las rurales, lo que les permitía reclutar a la fuerza a miles de campesinos. Hoy, la seguridad democrática les ha brindado seguridad a estas antes zonas de influencia guerrillera, por lo que las poblaciones se sienten resguardadas del influjo de estas estructuras criminales del pasado y, por lo tanto, no entran a engrosar sus filas.

De acuerdo con el párrafo anterior, las FARC han tenido que volver a su estrategia de embaucar a estudiantes mediante falsas ideologías que, entre otras cosas, han sido revaluadas por la historia por desastrosas y malignas.

Debido, a que la seguridad democrática fue diseñada para atender las zonas rurales del país, las cuales fueron apabulladas en el pasado por estos grupos, los centros urbanos de las capitales se están convirtiendo en las guaridas de los miembros de estas organizaciones. Aunque las conformaciones de las milicias urbanas datan del pasado, ahora más que nunca, el grupo terrorista le apuesta sus últimos restos a buscar un respiro ocultándose tras falsas posturas ideológicas y políticas.

También, preocupa la pasividad de los órganos jurisdiccionales colombianos para abrir investigación a todos aquellos colombianos que no esconden su odio en contra del pueblo colombiano. El rencor que esconden, motivado por sus propias debilidades, lo quieren descargar atacando a la sociedad. Es funesto para las nuevas generaciones que se inicie el ciclo del pasado, cuando muchos estudiantes se dejaron embaucar por falsas ideologías y se adentraron en el oscuro mundo del terrorismo. Generaciones perdidas de colombianos que dilapidaron los anhelos de sus familias y las oportunidades que les brindó el sistema educativo para engrosar las filas de movimientos que sólo han demostrado buscar el enriquecimiento de sus líderes. Mientras que esta camada de jóvenes se envejece en la manigua luchando por falsos ideales sus jefes se llenan las alforjas con dineros provenientes de las drogas y de la destrucción del pueblo colombiano.

Estos estudiantes son engañados para convertirlos en carne de cañón. Sin lugar a dudas, los lanzarán a la muerte sin ningún tipo de consideración, sólo con el propósito de hacerle creer al mundo que su lucha es política y justiciera.


El pueblo colombiano y las autoridades pertinentes, no pueden bajo ningún pretexto permitir que de nuevo se conviertan los claustros universitarios en incubadoras de terroristas. La presencia de estas milicias debe ser combatida por el Estado de todas las formas posibles. No se puede aceptar que, después de tanto dolor que ha sufrido este país, se pretenda volver a instigar a la sociedad colombiana de bien.

Así que, se hace necesario que las autoridades judiciales del país inicien las investigaciones de rigor y procedan a la administración de justicia conforme a las leyes. No puede, la justicia colombiana seguir actuando de un sólo lado. El colombiano del común les exige a las autoridades judiciales del país que se libren las medidas de aseguramiento a todos aquellos que han profanado de nuevo la alma máter.

Por último, tenemos que recordar que los estudiantes universitarios de las universidades públicas son privilegiados. Basta con comparar los costos educativos entre estas facultades y las privadas. De ahí, que no se puede destruir lo que todos los colombianos de alguna manera contribuyen a mantener. No se pueden desviar los objetivos de la universidad pública y, mucho menos, que se convierta en fortín de algunos personajes con frustraciones personales o en el peor de los casos con complejos de personalidad.

Por: Raúl Lombana Hernández

martes, 29 de julio de 2008

Las FARC adiestran a 11 mil menores para reactivar plagios y ataques con explosivos

Separados de sus familias con engaños, secuestrados siendo unos niños u obligados a sumarse a las filas de la guerrilla bajo amenazas de asesinar a sus padres y hermanos, en este marco se encuentran los al menos 11 mil menores de edad que conforman la “sangre nueva” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que, según reportes de inteligencia de Estados Unidos y del Ejército Colombiano, son adiestrados para revivir la empresa del secuestro y atentados que han caracterizado a este grupo armado.

De acuerdo con reportes del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) y del gobierno colombiano de Álvaro Uribe, la liberación de Íngrid Betancourt y de otros 14 rehenes el pasado 2 de julio se logró no por una operación sacada al vapor, pues se planeó con tiempo, paciencia y tácticas de guerra desde febrero de 2003, una semana después del secuestro de los estadunidenses Marc Gonsalves, Keith Stansell y Thomas Howes, cuando la avioneta en la que viajaban cayó en una zona selvática colombiana.

Los informes refieren que aunque entrar al corazón de la cúpula de las FARC es arriesgar la vida misma para cualquier persona, en marzo pasado se logró infiltrar a varios militares colombianos entre la guerrilla, al simular ser parte de un contingente humanitario de asistencia.

SIN CABEZA. La confusiones que existen actualmente entre los rebeldes tras la muerte del número dos de las FARC, Raúl Reyes, el pasado 1 de marzo en territorio ecuatoriano, y el fallecimiento de Manuel Marulanda, alias también de Tirofijo, el 26 de marzo pasado a causa de un infarto, han desequilibrado el accionar del propio secretariado del grupo extremista que, en una apurada acción, eligió a Alfonso Cano como su nuevo líder, pese a que existe inconformidad por su designación entre varios grupos de la propia guerrilla, lo que ha derivado en que varios rebeldes han preferido entregarse que seguir dentro del grupo.

La inteligencia estadunidense refiere que incluso la propia cúpula de las FARC ha dado más prioridad al adiestramiento de los cerca de 11 mil menores que tiene en sus filas y a los que prepara para reactivar la empresa de secuestro de personas adineradas, de políticos y también les enseña a preparar y colocar artefactos explosivos sin abrir sospechas entre las fuerzas de seguridad del país.

De acuerdo con la organización humanitaria Human Rights Watch, en la actualidad son más los menores de 18 años que integran las filas de este grupo extremista que gente veterana. Cifras del gobierno de Colombia indican que la guerrilla de las FARC cuenta con un contingente de no más de 57 mil elementos, de los que la mitad es gente joven y 11 mil son menores.

JAQUE. Reportes de la prensa colombiana indican que menores de 15 años, en su mayoría niñas, integran un numeroso contingente guerrillero que se detectó en el lugar donde se encontraron los 15 rehenes liberados por tropas del ejército en la denominada Operación Jaque.

El comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla de León, dijo que los miembros de la misión de rescate que desembarcaron en el área reportaron que en el grupo había “muchos menores de edad”.

Padilla de León resaltó que para fortuna de ellos no se procedió a un ataque armado, “porque las consecuencias hubieran sido lamentables”.

INCOMUNICADOS. Para evitar nuevas sorpresas por parte del gobierno colombiano, según informes del ejército, la guerrilla se ha dispersado en la selva y se mantiene incomunicada, dado que tras enterarse que los teléfonos satelitales que poseen están intervenidos no quieren dejar rastros para ser ubicados.

De la suerte de los al menos 700 rehenes que siguen en poder de la guerrilla, el gobierno de Álvaro Uribe ha pedido a las FARC que los liberen a cambio de perdonarles la vida y ofrecerles un juicio justo y la no extradición de sus líderes a Estados Unidos.

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=372521

miércoles, 23 de julio de 2008

Tres menores heridos al pisar campo minado en el sur de Bolívar

Dos niñas de 15 y 10 años y un niño de 8, resultaron heridos al pisar un campo minado en el corregimiento El Diamante, municipio de Simiti, en el sur del departamento de Bolívar.

El padre de los menores, Diocenel Quintero, dijo a Caracol Radio, que sus hijos pisaron el campo minado, cuando caminaban hacia la casa.

Aseguro que cuando los vio en el piso, gritando del dolor, no pudo contener el llanto y como pudo los saco del lugar con la ayuda de otros habitantes de la zona.

Los tres menores fueron trasladados al Hospital Universitario de Santander, donde son atendidos por médicos especialistas.

Las dos niñas serán intervenidas quirúrgicamente y el niño se le realizará un análisis interno de su cuerpo, porque no presenta heridas abiertas.

En el sur de Bolívar, los grupos guerrilleros del ELN y FARC, son lo que han sembrado en las ultimas dos décadas, minas antipersona.

Le amputan pie a una de las niñas

La niña de 10 años que pisó una mina antipersona, en zona rural de Cimití, sur de Bolívar, le fue amputado el pie derecho.

Así lo informó el médico Gonzalo Cáceres, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, de la Fundación Cardiovascular del Oriente Colombiano de Bucaramanga, donde fue atendida la niña.

Explicó el médico, que las heridas comprometieron venas, arterias y nervios, lo que impedía que llegara sangre hasta el pie.

Ante esta situación, un grupo interdisciplinario de cirujanos, tomó la decisión de amputar, para evitar una posible infección, que comprometiera el resto de la pierna.

martes, 22 de julio de 2008

Los niñ@s: nuestro mínimo común denominador

Los indefensos y, por lo tanto, vulnerables son la prioridad en cualquier sociedad civilizada y democrática. Un mínimo sentido de humanidad y convicción deberían bastar para que ese principio se cumpla. Pero, en un país como el nuestro, toca dar una lucha titánica para volver lo obvio ley y luego una lucha mayor para que la ley se cumpla.


Nada distinto a la degradación humana explica las aterradoras cifras de violación de los derechos de los niños/as en Colombia. La triste realidad es que en Colombia se violan sistemática y brutalmente los derechos de millones de niños/as porque es más fácil y menos castigado. Ellos/as triplican el número de víctimas dentro y fuera del conflicto. En el conflicto, porque son más baratos de reclutar, y por fuera de él, simplemente porque es más fácil abusar de Ellos/as. En ambos casos porque el castigo es prácticamente nulo.


Según datos oficiales, 250.000 colombianos fueron víctimas de causas asociadas al conflicto armado en el 2006. Ese mismo año, 850.000 niños/as fueron severamente maltratados, 200.000 más fueron violados y otros 25.000, explotados sexualmente. Eso quiere decir que, al año, un millón de los 14 millones de colombianitos menores de 14 años son víctimas de delitos de lesa humanidad. Lo peor es que el 99 por ciento del millón de violadores de ese millón de niños/as siguen libres. Muchos no serán siquiera judicializados. Hoy, no es delito ser cliente sexual de un menor o promover la pornografía infantil. Por cuenta de eso, Colombia se "vende" internacionalmente como paraíso del "turismo sexual infantil". Hoy, violadores y asesinos, como el 'monstruo Garavito', quedan libres al cabo de una pena irrisoria, si es que los capturan. La mayoría de los violadores y abusadores reincide y victimiza a otros niños/as. Nuestra legislación permite tal nivel de impunidad.


Por definición, los niños/as están en condición de indefensión e inferioridad frente a sus victimarios. De esa condición innata se aprovechan sus violadores, sean armados, sexuales, afectivos, psicológicos o físicos. Superar la degradación humana de los violadores de los derechos de la infancia tomará décadas, pero superar la inacción legal frente a esa degradación requiere apenas la acción firme de las mayorías ciudadanas. Los niños/as no pueden esperar y tampoco los ciudadanos que tenemos la convicción de que sus derechos son nuestra prioridad.


En buena hora, la bancada de mujeres del Senado ha propuesto una iniciativa para que la pornografía infantil y el turismo sexual con menores se tipifiquen como delitos. Pero, además de tipificar las conductas, tenemos que asegurar que los castigos sean proporcionales y efectivos. Todo daño causado a un niños/as por abuso físico, sexual o psicológico es irreversible. Igualmente irreversible debe ser el castigo. Por eso creo que lo mejor es sumarnos todos al referendo que este miércoles 25 de junio, a las 10 a.m., se lanza en la Fiscalía General de la Nación, para que los jueces puedan imponer penas hasta de prisión perpetua para los delitos de asesinato, violación y explotación sexual, maltrato severo y secuestro, cometidos contra los niños menores de 14 años, que son las víctimas más frecuentes de estos crímenes.

El artículo 34 de la actual Constitución impide la prisión perpetua.
Por eso se requiere un referendo constitucional que modifique ese artículo y permita el castigo más severo, la prisión perpetua, para los delitos más graves, los cometidos contra los niños/as Es lo menos que podemos hacer desde el punto de vista legal ante la falta de humanidad y el mar de impunidad.


Este tipo de causas, aunque no exentas de debate, deben concitar consenso y, sobre todo, acción. Basta nuestra firma y luego nuestro voto para que ese referendo se vuelva norma y después nuestro apoyo vigilante para que se vuelva acción. A ver si al fin logramos que, por sentido común y mandato legal, los niños y niñas sean realmente nuestro mínimo común denominador.

Claudia Lopez

lunes, 21 de julio de 2008

El Estado recupera más de tres mil menores reclutados para la guerra

Más de tres mil 500 menores de edad, reclutados por grupos armados, han sido atendidos por el Instituto de Bienestar Familiar, dijo el procurador general, Edgardo Maya Villazón, en respuesta a las peticiones de niños y jóvenes que demandan acciones concretas de protección a los menores víctimas del conflicto.

Según el Procurador, el reclutamiento de menores es uno de los graves problemas que deja el conflicto colombiano, pero el Estado ha venido trabajando en la recuperación y resocialización de quienes en un momento fueron obligados a tomar las armas por sectores de la guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico.

Durante la cumbre de gobernadores por la niñez y la adolescencia, realizada en Paipa, algunos mandatarios seccionales manifestaron preocupación por el criminal reclutamiento de menores para la guerra, hecho que además ha sido denunciado por organizaciones internacionales, entre ellos las Naciones Unidas.

Guillermo Alberto González, gobernador del Cauca, dijo que en su departamento se ha conocido del reclutamiento de menores por los actores armados. "Se calcula que unos 500 niños han entrado a la guerra en los últimos cinco años, unos pocos logran salir, pero lamentablemente otros se quedan", dijo González.

El gobernador caucano manifestó que el problema es más latente en las comunidades indígenas, pues son sus niños los que en mayor número se usan para la guerra, mientras que en las comunidades afrodescendientes son muy pocos los casos detectados.

Darío Vásquez, gobernador del Meta, dijo que a los problemas de la niñez en su departamento, como la mendicidad, desnutrición, explotación sexual y otros lamentablemente comunes en el país, se le suma el reclutamiento de menores.

Al preguntársele si hay estadísticas o cálculos sobre el número de menores reclutados, el gobernador dijo que el problema no es cuantitativo sino cualitativo, pues muchos o pocos casos demuestran que hay un problema grave por enfrentar entre diferentes instancias del Estado.

http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=614738

martes, 1 de julio de 2008

Las Farc han secuestrado a 300 menores de edad

Las zonas más afectadas con el secuestro de menores por parte de las Farc son Antioquia con 46 casos, Cundinamarca con 33, Bogotá con 24, Valle con 22, Huila con 21 y Meta con 20.

Bogotá, 1 jul (SP). La Dirección de Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía Nacional reveló que desde el año 1996 hasta el 25 de junio de 2008, las Farc han secuestrado a 300 menores de edad.

El informe señala que de los 300 secuestros de menores, 214 son de carácter extorsivo y 86 se consideran como secuestro simple.

De los casos registrados, por género, 96 niñas fueron víctimas de secuestro extorsivo y 48 de secuestro simple.

En cuanto a los niños, 118 han sido víctimas de secuestro extorsivo y 38 de secuestro simple.

Según el informe, dentro de los secuestrados figura un menor de nacionalidad venezolana.

En Colombia, las regiones más afectadas con el secuestro de menores por parte de las Farc son Antioquia con 46 casos, Cundinamarca con 33, Bogotá con 24, Valle del Cauca con 22, Huila 21 y Meta con 20.

Las regiones menos afectadas son Atlántico, Guaviare, Quindío y Vaupés, con un caso cada una.

El informe destaca que seis menores de edad han muerto en cautiverio, cinco se han fugado y 92 han sido rescatados.

Secuestro de niños preocupa a las autoridades

Bogotá, Colombia (RCN) - El Gaula de la Policía reveló que 27 niños entre los 4 y los 14 años permanecen secuestrados por la guerrilla de las Farc, según las autoridades, en los últimos 5 años, 300 menores fueron plagiados por este grupo guerrillero.

Un informe del Gaula de la Policía reveló estas intolerables cifras que atentan contra los menores de edad en nuestro país en los últimos años y mostró los departamentos más afectados con este flagelo.

“Las regiones más afectadas han sido Antioquia con 46, Cundinamarca con 33 y Bogotá con 24 casos”, dijo el general Luis Alberto Pérez, comandante del Gaula de la Policía.

http://www.canalrcn.com/noticias/index.php/nacional/secuestro-de-nios-preocupa-a-las-autoridades/

lunes, 23 de junio de 2008

El crimen invisible

El Consejo de Seguridad de la ONU tiene sus ojos puestos en Colombia por la impunidad en el reclutamiento de niños: sólo dos juicios en más de 10.000 casos. En mayo llega la mano derecha del Secretario General para establecer un monitoreo.

El tema de los niños en la guerra parece escandalizar a muy pocos en Colombia. Un estudio reciente reveló que menores de 6 años son reclutados por la guerrilla, y el dato no mereció ni un titular de periódico. Tampoco se ha sentido ningún estremecimiento en el país por los relatos de los más pequeños de las tropas de 'Martín Llanos' -el jefe paramilitar que nunca se desmovilizó-, según los cuales a la hora del almuerzo les servían carne humana, asada, para que perdieran cualquier escrúpulo. Ni mucho menos a alguien pareció importarle que la mayoría de las fotos recuperadas del computador de Iván Ríos, el jefe del Secretariado de las Farc recientemente muerto, mostraran adolescentes, bonitas y felices, exhibiendo sus fusiles.

La indiferencia del país no sólo muestra que algo está descompuesto en la Nación, sino que de seguir así puede resultar costándole muy caro. El próximo mes viene a Colombia la mano derecha del Secretario General de la ONU para el tema de los niños en conflictos armados, Radhika Coomaraswamy, para coordinar los términos de un monitoreo especial porque el país hace parte de una penosa lista de 17 naciones del mundo cuyos estados patrocinan o permiten -este último es el caso de Colombia- el reclutamiento de menores en grupos armados.

Nunca antes el nombre de Colombia se había mencionado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en estos términos. Y el país no parece entender la gravedad del caso. Si bien no es tan delicado como estar en la 'agenda' del Consejo -situación en la cual el país pierde el control de sí mismo y lo asume este grupo elite de la comunidad de naciones-, la inclusión en esta lista es importante si se tiene en cuenta que por ninguna otra razón el tema del país ha sido puesto en observación por esta alta instancia.
De la constelación de países que promueven el reclutamiento de menores hacen parte Afganistán, Burundi, República Centroafricana, Congo, Irak, Líbano, Myanmar, Nepal, Somalia y Sudán. Colombia está en un segundo grupo, el de los que lo permiten (aunque en cualquier momento puede subir a la titular), con Chad, Filipinas, Sri Lanka y Uganda.

En Colombia el caso se ha tratado como un asunto menor. Tanto, que como por arte de magia ha desaparecido, en la práctica, un delito que como el de reclutamiento de menores es considerado de los peores crímenes de guerra. Los datos de impunidad son escandalosos: deberían estar abiertas por lo menos 3.500 investigaciones -ese es el número de menores que entregaron los paramilitares-, pero sólo se han iniciado 510 y de ellas sólo prosperaron dos.
Continua

jueves, 19 de junio de 2008

Plan de las Farc para reclutar menores obligó a 113.000 personas a dejar sus hogares

EN ENERO, EN UNA VEREDA de Leticia, un comando de las Farc citó a padres de familia y líderes de la comunidad para notificarles que debían presentarse al día siguiente con sus hijos mayores de 15 años para prestar servicio obligatorio en el "Ejército del pueblo". Indignado, el cura de la zona reunió a los padres en la iglesia y les ordenó no entregar a sus hijos y esconderlos. Entonces les llovieron amenazas y el sacerdote y algunas familias no tuvieron más opción que dejar el pueblo.

Casos similares se han repetido en Guainía, Vichada, Meta, Caquetá, Putumayo y hasta en Bogotá, porque la guerrilla está empeñada en el reclutamiento de menores. Muchos padres, antes que entregar a sus hijos, prefieren huir y abandonarlo todo. Otros no han tenido más opción que dejarlos en poder de las Farc.

Según la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes), el reclutamiento forzado es una de las principales causas que explican el aumento del desplazamiento interno este año. Codhes y la Iglesia estiman que en el primer trimestre del año fueron desplazadas 113.473 personas, 18 por ciento más que en el mismo período del año pasado.

Sin embargo, el reclutamiento forzado no es atribuido solo a las Farc. También a las 'Águilas negras' y a otras bandas que operan en Córdoba y Sucre, donde se han registrado desplazamientos y asesinatos de líderes comunitarios. "El reclutamiento forzado tanto de las Farc como de los paramilitares está cambiando la dinámica del conflicto -asegura Jorge Rojas, director de Codhes-. Los desplazados ahora temen represalias por no entregar a sus hijos a la guerra".

Pero además del reclutamiento forzado, las fumigaciones de cultivos ilícitos y las amenazas y asesinatos atribuidos a grupos paramilitares en 17 departamentos, lo mismo que el aumento de los combates entre Farc y Eln, y entre el Ejército y las Farc, han agravado la situación. "A esto se suma el encierro o confinamiento al que están sometidos los campesinos en Nariño, Arauca y Antioquia, como consecuencia del uso indiscriminado de minas antipersona", afirma Álvaro Jiménez Millán, de la Campaña Colombiana contra las Minas.

El fenómeno ha llevado al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, a alertar sobre lo que está pasando en Arauca, donde han sido desplazadas cerca de 2.000 personas por los combates entre grupos armados, lo mismo que en Chocó, donde 400 familias tuvieron que huir de los enfrentamientos. "Se están produciendo desplazamientos masivos al estilo de los que se dieron en 1997 en buena parte por el aumento en los combates", asegura el director de Codhes.

El reporte de esta organización coincidió con el Día Mundial del Refugiado, cuando Acnur dio a conocer su informe anual sobre los refugiados y en el cual Colombia figura como el segundo país del mundo, después de Sudán, con más desplazados.

El informe tomó como base la cifra que maneja la Corte Constitucional: tres millones de personas. Sin embargo, Codhes la estima en más de 4,3 millones y el Gobierno en 2,5 millones. Las cifras no coinciden pero todas son alarmantes y lo peor es que pocos tienen la esperanza de regresar. "Hay pocas garantías para el regreso -sostiene Antonio Madariaga, director de Viva la Ciudadanía-. Los desplazados temen, incluso, reclamar sus tierras porque quienes lo han hecho han sido amenazados de muerte o asesinados. Ya han muerto 17 líderes desplazados".

Frente a los millones de desplazados, los que han regresado a sus tierras son muy pocos: 169.654 personas entre el 7 agosto de 2002 y el 3 de junio de 2008, según la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, que las ha acompañado en el retorno a sus lugares de origen.

La tragedia es de tales dimensiones, que la oficina de Acnur la considera una verdadera crisis humanitaria, la única del continente y la segunda más grave del mundo.

http://www.cambio.com.co/paiscambio/781/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-4315963.html

lunes, 16 de junio de 2008

Las Farc enseñan con canciones a los niños la fabricación de minas y bombas

La utilización de niños por la guerrilla de las Farc para la fabricación de minas, bombas y otros artefactos explosivos, quedó al descubierto en las el dia 10 Diciembre de 2007 con un video que fue incautado al grupo subversivo.

En forma escalofriante, los cabecillas de las Farc apelan a canciones y estribillos como método para enseñar a los pequeños, menores de 10 años, sobre los elementos que deben utilizar para fabricar los explosivos, indicó el comandante de las Fuerzas Militares, General Freddy Padilla de León, al revelar el contenido de la filmación incautada a las Farc.

La táctica es la misma que ha utilizado la llamada organización terrorista Hamas con los videos de Micky Mouse para aleccionar a los niños palestinos e incitarlos a tomar parte en la guerra santa contra Israel.

Se trata de un programa infantil que se titula “Los pioneros del mañana” y en el cual el famoso ratón norteamericano se llama «Farfour» (mariposa), y en el cual, junto a una joven llamada Sara, enseñan a los niños palestinos rezos y otros símbolos del Islam, y tratan de fomentar su odio contra Israel y EEUU.

http://www.radiosantafe.com/2007/12/10/las-farc-ensenan-con-canciones-a-los-ninos-la-fabricacion-de-minas-y-bombas/

martes, 6 de mayo de 2008

Día Internacional para Sensibilización sobre Minas denuncia que un tercio de las víctimas son niños

En 2007, 6.000 personas fueron víctimas de estos artefactos, y que tres de cada cuatro de ellas son civiles. El 85 por ciento de los niños muere antes de poder recibir ayuda médica,

Los niños "se ven todos los días enfrentados a los riesgos de explosión en todas las regiones del mundo", señala el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, que recuerda que los menores no sólo sufren amputaciones o mueren a causa de las minas, sino que muchos, al quedar incapacitados, no pueden acudir más a las escuelas.

Desde la entrada en vigor en 1999 del Tratado de prohibición de las minas, que impide tanto la producción como el almacenamiento y la utilización de minas antipersonales, más de tres cuartas partes de los países del mundo lo han ratificado, y unos 40 millones de este tipo de armas almacenadas han sido destruidas.

Además, grandes extensiones de terreno han sido desminadas, y los países donantes han proporcionado 2.000 millones de dólares para los programas antiminas.

Sin embargo, a pesar de esos avances, las minas y municiones no explotadas siguen constituyendo una amenaza y mutilan cada año a unas 10.000 personas.

La amenaza de las minas está presente todavía en numerosos países, como Camboya, donde hay minas terrestres plantadas en "cerca de la mitad de los pueblos", y Laos.

Entre los otros países más contaminados por la existencia de minas se destacan Colombia, Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Chechenia (dentro de la Federación Rusa), Irak, Nepal y Sri Lanka.

No obstante, algunas grandes potencias, como E.U., China, Rusia e India no se han adherido a la convención antiminas.

Unicef forma parte de las 14 instituciones de Naciones Unidas que llevan a cabo una acción común en el terreno de la lucha antiminas.

Tomado del Tiempo.com
http://www.eltiempo.com/conflicto/noticias/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-4074172.html

jueves, 24 de abril de 2008

Niños en el Conflicto Armado Colombiano

En nuestro país, la defensoría del pueblo ha sostenido que la situación de los niños y niñas en el conflicto armado colombiano no es diferente de la situación de los niños involucrados en otros conflictos armados. Para infortunio, en Colombia los grupos insurgentes y de autodefensa han abusado y continúan abusando de la vulnerabilidad y fragilidad de los niños, día a día los actores armados reclutan menores, los utilizan como carne de cañón o carnada para infligir daños a sus enemigos, cientos de niños son desplazados y las niñas no solamente son las compañeras sexuales de los irregulares sino que, son en muchos casos, forzadas a prostituirse.

Históricamente la vinculación del menor dentro de los diversos conflictos armados ha sido por diferentes motivos y han sido guiados por distintos móviles, tal como el Estado, la iglesia, los grupos insurgentes, aunque ninguno de estos móviles es mas justificable frente a otros y, aunque la afectación del menor por parte del conflicto seguirá vigente, lamentablemente, mientras subsista la violencia tal como se ha visto a través de una encarnizada historia de violencia, lo que se si se puede evitar de algún modo es la presencia del menor combatiente, situación que mitiga notoriamente la dignidad y la calidad de vida de nuestros niños.

Posteriormente con la aparición de los grupos armados al margen de la ley a mediados del siglo pasado se perpetuó la presencia del menor dentro del conflicto colombiano, con la aparición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 1966, del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en 1965 y otras organizaciones guerrilleras; durante los primeros años de lucha armada no lograron una expansión significativa, contaban con pocos combatientes y frentes, y sus finanzas eran precarias, estas últimas fueron las principales causas del reclutamiento de niños por parte de estos grupos. El Estado colombiano y los sucesivos gobiernos no concibieron como prioritario establecer mecanismos de diálogos y negociaciones con la insurgencia, el tratamiento que se les proporcionó fue esencialmente militar y represivo, por lo que en la década de los `80 las organizaciones guerrilleras experimentaron un crecimiento notable tanto en su economía como en sus filas y esto último porque fue en esta época donde se incrementó la participación de los niños soldados en el conflicto, esto porque la extensión del conflicto a zonas urbanas ha producido un incremento del reclutamiento de menores en las milicias ilegales

La utilización permanente de menores por parte de los actores del conflicto genera una modalidad de relaciones basadas en el autoritarismo y en el desconocimiento del niño como sujeto de derechos con autonomía y libertad propia; al ser instrumentos de otros, los menores se identifican como objetos sin valor personal y con una pobre autoestima. Esta vulneración a la integridad síquica de los niños y niñas en formación conduce muy frecuentemente a procesos autodestructivos como el suicidio, la delincuencia juvenil, prostitución, mendicidad, trabajo informal y la guerra. Es debido a todo este contexto social, que el problema de los niños y niñas vinculados al conflicto armado requiere de una especial y prioritaria atención por parte del Estado actualmente en Colombia, entre 6000 y 11000 niños, niñas y jóvenes colombianos según UNICEF y Human Rights Watch, respectivamente, están hoy en las filas de los grupos armados ilegales.

La vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado constituye una vulneración a los derechos fundamentales de los niños y las niñas que han participado en los grupos armados, está considerada como una de las peores formas de trabajo infantil, está tipificada como delito de reclutamiento ilícito y es una modalidad del delito de Trata de Personas.

jueves, 17 de abril de 2008

El reclutamiento forzado de niñas y niños

Los grupos alzados en armas tratan de captar la población a su favor generando vínculos de simpatía, de amistad y especialmente desarrollando labores de adoctrinamiento y entrenamiento con niñas y niños menores de edad, con el fin de vincularlos a sus filas. A una determinada edad algunos niños y niñas de los pueblos controlados por la guerrilla son sometidos a una persistente labor de adoctrinamiento:

"A mi hermana la estaban entrenando. Ella cambió mucho en pocos meses porque la estaban entrenando. La guerrilla la tuvo yendo por allá. A veces como decían que se anotaran a la guerrilla y había mucha reunión, entonces dijeron que cuando se metieran les mandaban un carro."

Por ello el reclutamiento de niños y niñas para engrosar las filas de la guerrilla produce mucha zozobra en los padres de familia que no se resignan a ver partir a sus hijos sin probabilidad alguna de retorno:

"Había mucha guerrilla y se llevaban a los niños de 14, entonces mi mamá nos trajo para acá a estudiar. Van a la casa a preguntar por el niño y se lo llevan. Le mandan papelito y le dicen que tiene que irse. Ahí viene el nombre. Ellos tienen un cuaderno y anotan los nombres de todos. Mandan papelito y dicen que el hijo se tiene que ir para la guerrilla. Después no los dejan venir a la casa ni a visitar."

No es fácil sustraerse a la acción proselitista de la guerrilla que presiona de muchas maneras a la población civil para que acepte sus requerimientos:

"Allá en Mesetas la guerrilla jodía mucho. A veces el Ejército se metía por allá. Había muchas balaceras. La guerrilla lo entrenaba a uno, lo obligaba a cosas a uno. La mayoría de la gente tenía que hacerse anotar por allá, para que todos fueran de la guerrilla."

La población civil se veía obligada a reunirse con la guerrilla para escuchar sus programas políticos y las estrategias de acción militar, causando en ocasiones pánico la presencia sorpresiva del ejército:

"La guerrilla hacía reuniones para que se unieran a ellos, que ellos salvaban el pueblo. Entonces un poco de señores se fueron a una reunión con ellos y ahí mismo fue entrando el ejercito. Como ocho helicópteros dando bala: trurrr, trurrr, trurrr y entonces ahí mismo se tuvieron que entrar para la iglesia. Los guerrilleros se tuvieron que escapar porque no tenían municiones. Se tuvieron que volar de una".

En algunas poblaciones los niños que se familiarizaban con la presencia física de los grupos comprometidos en la guerra, terminaban por simpatizar con unos y rechazar a los otros:

"La guerrilla no me quería a mí. Me querían eran los otros, los paramilitares. Me querían porque yo era muy bueno, muy maldadoso y gracioso. Los paramilitares un día mataron a todos los guerrilleros. Los guerrilleros jamás en la vida volvieron. Entonces se acabó la guerra."

Los grados de simpatía de un niño por uno de los grupos armados en conflicto se daban por hechos inmediatos de convivencia diaria, sin percibir sus implicaciones:

"Los paramilitares si eran buenos. Me pedían una papa, yo estaba solito y yo les daba. Y ellos me ayudaban a hacer las tareas muy difíciles. Ellos vivían en unas camas en el monte y si necesitaban algo de comer yo les daba. Ellos me llamaban silbando. Yo los escuchaba. Ellos me decían quiero algo y yo les llevaba alguna cosa. A veces les llevaba bananos con manzanas, o a veces les llevaba manzanas, arroz y papas".

Más que por convicción, los niños y las niñas terminan militando en la guerrilla por imposición proselitista, sin opción distinta a comenzar una vida signada por la guerra entre compatriotas.

jueves, 10 de abril de 2008

Los niños y la guerra ¿Que significa protección para el CICR?

El término "protección" comprende el conjunto de actividades encaminadas a hacer respetar los derechos fundamentales de la persona, tal y como se definen en los instrumentos jurídicos internacionales, en particular el derecho internacional humanitario, el derecho de los refugiados y el derecho de los derechos humanos.

Uno de los cometidos del CICR es velar por el respeto de los derechos fundamentales de las personas civiles que no participan en las hostilidades y resultan afectadas por la situación de violencia. Este cometido, que dimana del derecho internacional humanitario, confiere a la población civil una protección general contra los efectos de las operaciones militares y los abusos cometidos por las partes enemigas. En caso de conflicto, el CICR interviene ante las autoridades competentes, por una parte para evitar –o hacer que cesen– las violaciones del derecho humanitario y, por otra, para proteger la vida, la salud y la dignidad de las personas, procurando que las consecuencias del conflicto no pongan en peligro su futuro.

Además de la protección general de que gozan como personas civiles, los niños están protegidos por disposiciones específicas del derecho internacional humanitario que tienen en cuenta su particular vulnerabilidad. Estas normas comprenden la protección contra los efectos de las hostilidades (zonas sanitarias, evacuaciones), la asistencia y los cuidados (tratamiento médico, alimentación, ropa), la protección del estatuto personal, el mantenimiento del contacto entre familiares y con la comunidad (identidad, registro de datos, reunión de familias, noticias), la preservación del entorno cultural y la educación. Las partes en conflicto tienen la obligación de proporcionar a todos los niños, incluidos los niños detenidos, los cuidados y la educación que precisan.


jueves, 3 de abril de 2008

La siguiente es la tipificación jurídica del reclutamiento ilícito cometido por las ONT’s en menores de 18 años.

La tipificación se hace tanto a la luz de las normas nacionales como frente a las internacionales.

A nivel nacional:

La tipificación del reclutamiento ilícito como delito busca prevenir que durante el desarrollo de un conflicto armado se reclute a personas menores de 18 años como los niños y las niñas. Quien reclute ilegalmente en desarrollo de conflicto armado a personas menores de 18 años comete el delito denominado Reclutamiento Ilícito, está consagrado en el artículo 162 de la ley 599 de 2000, Código Penal (C.P), y sanciona con una pena de seis a diez años de prisión a quien comete la conducta punible.

Quien reclute ilícitamente a una persona menor de 18 años, además del reclutamiento ilícito, también comete el delito llamado Toma de Rehenes, en razón a que durante conflicto armado es prohibido privar a las personas de su libertad, condicionando ésta última a la satisfacción de exigencias formuladas al rehén como la participación en las hostilidades. La toma de rehenes está tipificada en el artículo 148 del C.P, y sanciona con una pena de veinte a treinta años de prisión a quien comete el delito.

Igualmente, quien reclute ilícitamente a una persona menor de 18 años, además del reclutamiento ilícito y la toma de rehenes, también comete el delito llamado Constreñimiento a Apoyo Bélico, en razón a que durante conflicto armado es prohibido obligar a las personas a que sirvan de cualquier forma en las filas del adversario. El constreñimiento a apoyo bélico está tipificado en el artículo 150 del C.P, y sanciona con una pena de tres a seis años de prisión a quien comete el delito.

Por ultimo, quien reclute ilícitamente a una persona menor de 18 años, además del reclutamiento ilícito, la toma de rehenes y el constreñimiento a apoyo bélico, también comete el delito llamado Utilización de Métodos y Medios de Guerra Ilícitos, en razón a que utilizar como arma de guerra, cualquiera de las anteriores conductas durante conflicto armado es prohibido, está tipificado en al artículo 142 del C.P, y sanciona con una pena de de seis a diez años de prisión a quien comete la conducta punible.

A nivel internacional:

El reclutamiento ilícito viola el numeral primero, literal b), del Artículo 3 Común a los Cuatro Convenios de Ginebra.

También vulnera el artículo dos, numeral primero, artículo cuatro, numerales uno y dos, literal c), y el artículo trece del Protocolo II Adicional a los Cuatro Convenios de Ginebra de 1949.

Por último, el reclutamiento ilícito trasgrede el artículo ocho, numeral dos, literal a), incisos cinco y ocho, literal c), inciso tres, y literal e), inciso primero del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

lunes, 31 de marzo de 2008

Situación de la infancia en el conflicto armado colombiano

Se estima que en Colombia hay entre 11.000 y 14.000 niños en el conflicto armado. 1 de cada 4 combatientes es un niño, lo alarmante es que se están utilizando niños desde los 6 años para trabajos de inteligencia, sembrar minas anti-personas, llevar explosivos.

En Colombia se da un fenómeno muy particular desde hace años hasta la realidad de hoy en los grupos armados, y en el surgimiento de nuevas bandas están todos vinculados con el narcotráfico, lo que redefine el concepto de estos grupos, son grupos narco-armados, así se considera este grupo por parte de la Missiòn Diplomatique, los niños y niñas colombianos en los grupos narco-armados generalmente reciben un entrenamiento militar integral aunque rápido, que incluye le uso de armas, fabricación de bombas y estrategia militar, las niñas cocinan, realizan inteligencia, al igual que labores manuales, son sujetos a formas estrictas de castigo y crueldad y obligados a torturar, fusilar y participar en combates.

Las niñas y las jóvenes colombianas son victimas de acoso y abuso sexual, uso forzado de dispositivos intrauterinos, inyecciones anticonceptivas, aborto forzado y violación.
Hay total carencia de seguridad y control medico sobre los niños combatientes, por parte de los grupos reclutadores, se sabe que los niños y niñas son violentados sexualmente desde los 10 años promedio.

Los grupos narco-armados colombianos cruzan frecuentemente las fronteras de países vecinos, donde reclutan a la fuerza a solicitantes de asilo colombiano y trafican con drogas y personas.
Hay grupos narco-armados que trafican en Brasil donde se reclutan por la fuerza a niños y niñas miembros de comunidades indígenas. Los niños corren un riesgo cada vez mayor de res reclutados por estos grupos.

Otra forma frontera que esconde el reclutamiento con total impunidad es la que comparte Colombia y Venezuela por 2219 Km. De variable relieve, montañoso ene l norte, llanuras en el centro y selva en el sur.

El Ejercito Venezolano señala que es difícil custodiar la frontera venezolana de las acciones de los grupos narcos-armados colombianos, en zonas que ya son territorios de estos grupos como la de Apure.

Estos grupos tienen redes de informantes en Venezuela vinculados a secuestros y contrabando, y comerciantes y terratenientes de la zona que admiten que son victimas frecuentes de la extorsión por estos grupos. Defensores de Derechos Humanos han denunciado la existencia en la zona de Alto de Apure de las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL), un grupo de paramilitares venezolanos cuyo propósito explicito es “Defender la soberanía de Venezuela” de los grupos armados colombianos el cual esta reclutando a jóvenes de la zona.

Se les ofrece a los jóvenes sumas de dinero y drogas para vincularse a estos grupos narco-armados.

Las FBL reclutan menores de 18 años y niños de 12 años promedio en forma forzada a través de amenazas directas, la vigilancia constante en los centros educativos para identificar a sus potenciales victimas, en las zonas rurales, similares métodos que se han escuchado de las victimas de los grupos en regiones de Antioquia de cómo llegaban las Farc a las veredas y pueblos y observaban a los niños y menores potenciales y realizaban la limpieza social contra jóvenes que consumían marihuana, asesinándolos… ante la comunidad como Ejemplo.

En las fronteras con Ecuador, se encuentran tipos de mafia organizada donde hacen vulnerables la frontera para el tráfico de drogas y armas, diciendo ellos textualmente que son capaz de hacer pasar un elefante por la frontera.

Ecuador no cuenta con registro oficial de niños, niñas y jóvenes colombianos que hayan estado vinculados al conflicto armado en Colombia, ni tampoco con una política de integración con los niños refugiados que son muchas veces indiscriminados por las escuelas Ecuatorianas, y si se supiera que fueran algunos excombatientes y ciertos los que cruzan o escapan del reclutamiento, seria una tragedia contra la dignidad de los niños Colombianos.
Decenas son los menores excombatientes y cientos los que cruzan la frontera ante la amenaza de reclutamiento por parte de los grupos narco-armados, esta frontera es un verdadero agujero negro, para la infancia Colombiana.

El 30% de victimas de minas anti-personas son niños, niños mutilados y otros mueren o caen heridos por el fuego cruzado de la guerra Colombiana.

El 40% de los desplazados son niños, desplazamiento forzado de civiles ha seguido produciéndose como consecuencia de la confrontación armada entre las partes en el conflicto.
En la guerra los niños indígenas y afro-colombianas son victimas de reclutamiento por encontrarse en zonas de intereses de estos grupos.

Son muchas las maneras en que el conflicto sigue niñas y niños colombianos fuera del país. Estos niños generalmente no tienen acceso a educación y salud y son vulnerables a ser reclutados y a otras amenazas a su seguridad y sus derechos.

La utilización de de niños trabajadores al servicio de los grupos armados y narcotráfico en los cultivos de coca (materia prima de la cocaína), está también ligado al conflicto, debido al papel significativo que juegan los dividendos de la droga en avivar la violencia.

En muchos casos el primero contacto que los niños con los grupos narco-armados es a través de su trabajo en la cosecha de coca.

Mas de la mitad de los niños combatientes colombianos son niñas, las cuales son explotadas como esclavas domesticas y sexuales, siendo violadas, torturadas y golpeadas por los actores del conflicto armado.
Continuara...

jueves, 27 de marzo de 2008

Abortos, muertes, y niñas menores violadas por farc

Drásticas medidas que incluyen hasta la muerte considera la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a sus miembros cuando no acatan sus normas que prohíben el embarazo y la presencia de niños muy pequeños en sus filas.

Jorge Enrique Botero en su libro Últimas noticias de la guerra refiere que a los guerrilleros les está prohibido tener relaciones con rehenes mujeres, situación que sí ocurrió con Clara Rojas y uno de los guerrilleros que la custodiaba.

Según la ONG Human Rights Watch, niñas que integraron las FARC contaron que comandantes varones usan su poder para violar a muchachas menores.

La guerrilla exige el uso de anticonceptivos a las guerrilleras de hasta 12 años, y las que quedan embarazadas deben abortar.

Quienes no acaten estas disposiciones sufren un “consejo de guerra”, que pocas veces autoriza el nacimiento de un niño y si lo permite, impone la condición de que el bebé deberá vivir con los familiares de uno de sus progenitores y estos no podrán convivir con ellos.

En estos “consejos de guerra” se somete a votación si deben morir aquellos que cometieron aquellas faltas, según ellos. Los niños que intentan regresar con sus familias corren el riesgo de ser ejecutados.

El argumento ante estas disposiciones parte de los problemas que representa criar a un niño en plena guerra.

El ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, narró que un líder de esta guerrilla reconoció haber obligado a muchas niñas a tomar Cytotec (un producto que interrumpe el embarazo) o las obligaba a sufrir una castración médica y la ablación del útero.

martes, 25 de marzo de 2008

El dolor de los niños combatientes


  • Defensoría del Pueblo exige sacar los niños de la guerra.
  • El Icbf ha duplicado la atención a niños del conflicto.
  • Ocho menores de las Farc murieron en combates con el Ejército.

Por Elizabeth Yarce

Medellín

Después de ocho horas de combates, los soldados de la IX Brigada del Ejército volvieron al campo de batalla para recoger los cadáveres de quince guerrilleros de las Farc que murieron en los enfrentamientos. Sorprendidos, observaron los cuerpos de ocho menores entre los 13 y 17 años, con largas cabelleras y armadas hasta los dientes. "Son niñas", le dijeron al comandante.

La escena se vivió el lunes en el área de Gayacanal del municipio de Colombia, al norte del Huila, donde se registraron enfrentamientos entre tropas de la IX Brigada e insurgentes del frente 17 de las Farc que dejaron un saldo de quince guerrilleros muertos entre los que se encontraban las menores.

No se trata de los primeros infantes combatientes del mismo frente de las Farc que murieron esta semana. Ellas, cuyas identidades son desconocidas hasta ahora para las autoridades, se suman a tres menores guerrilleros a quienes sus compañeros llamaban El Viejo, Élder y Colombia y quienes habrían sido asesinados porque se negaron a continuar en las filas. A pesar de ser niños, no tienen dolientes y no aparecen padres o hermanos que reclamen sus cuerpos.

En varias oportunidades las Farc han manifestado su intención de no mantener en sus filas a menores de edad. Pero, finalmente, son muchos niños los que han muerto en combate, han huido de las filas guerrilleras o son capturados por el Ejército.

Después de la guerra.

Mientras eran recogidos los cadáveres de las menores en el Huila, en Acacías, Meta, una niña con el alias de "Janeth" al parecer del frente 27 de las Farc fue capturada por tropas de la VII Brigada del Ejército durante unos enfrentamientos y fue puesta a disposición de la Defensoría del Pueblo.

"Cuando son capturados, los niños quedan en manos de la Defensoría, los juzgados de menores o prosmicuos y luego el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, inicia un proceso con ellos. Generalmente, están temblando, llorando, pidiendo socorro, porque los efectos sicológicos que les producen los combates son muy graves y difíciles de sanar", explicó Blanca Valenzuela, coordinadora Nacional del Grupo de Atención a Víctimas de la Violencia del Icbf.

Desde el primero de febrero de 1998 hasta el 25 de enero de 2002, el Icbf ha atendido en todas sus regionales 752 niños combatientes, de los cuales 92 se entregaron o fueron capturados en Antioquia. De este grupo 512 son hombres y 240 mujeres.

"El 12% de los niños llega con enfermedades como Leishmaniasis, paludismo o trastornos mentales. Es un proceso largo porque nuestra idea es que puedan reintegrarse a la sociedad. Por eso, estos jóvenes son atendidos durante aproximadamente un mes en un centro de recepción del Icbf, posteriormente pasan a un centro de atencion especializada, para desvinculados del conflicto armado, donde están entre cuatro y seis meses y por último se rehabilitan en casas juveniles", precisó Blanca Valenzuela.

El Icbf advirtió que la mayoría de niños tienen edades entre los 13 y los 17 años y en los últimos meses hay una tendencia al incremento de menores en las milicias o comandos armados.

Video de menores en el conflicto

Este video muestra la cruel realidad de la herencia que nos esta dejando las Farc con los niños de nuestro pais, acaban con la inocencia y los meten en un conflicto que no tiene nada que ver con ellos.
La imagenes pueden ser un poco impactantes.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Hay cerca de 14 mil niños reclutados en Colombia


Unos 14 mil niños colombianos hacen parte de los grupos armados ilegales; una suma que anualmente crece, según el informe de la Misión Diplomática Internacional Humanitaria Ruanda 1994, correspondiente al año 2008.

El informe referente a Colombia tiene un agravante: mientras los grupos armados ilegales reclutaban menores a partir de los 12 años, la edad de incorporación se ha reducido y ahora hay niños desde los seis años de edad, revela el aterrador informe, que será presentado ante organizaciones en Londres y que servirá de base para denunciar los hechos ante la Corte Penal Internacional para su juzgamiento como crimen de lesa humanidad.

El argentino Sergio Tapia, presidente de la organización para América Latina, con sede en Medellín, dijo que la situación es crítica, especialmente en las zonas de frontera con Venezuela y Ecuador, donde los grupos incorporan a la guerra, de manera forzosa, a niños indígenas o afrodescendientes.
'La infancia colombiana está secuestrada por el conflicto', dijo Tapia al señalar que las Farc tienen la mayor responsabilidad en el reclutamiento de niños para la guerra.

Sostuvo que la mayor parte de menores en la guerra corresponde a niñas, que no solo están en trabajos serviles sino que son tratadas como esclavas sexuales, como mujeres de los comandantes, y obligadas a abortar en muchas oportunidades, dentro de lo que Tapia llama 'una guerra prostituta que ahora solo tiene interés económico'.

La Misión comparte el criterio de las Naciones Unidas cuando expresa que la intensidad del conflicto se ha reducido en Colombia, por lo que aún es más peligrosa la situación de los menores.

Se ha escondido el problema. Aparentemente es menos visible, pero ¿cuántos niños caídos en esta guerra están en fosas comunes?', se preguntó el diplomático. Y dijo que estar reclutados en la guerra no solo es ponerles un fusil, pues están destinados muchas veces para vigilar en los cordones de seguridad de los campamentos, y hasta como mulas del narcotráfico.

Tapia dijo que la cifra de los niños en la guerra crece año por año en Colombia, que ocupa lugar preferente y preocupante en el escalafón mundial, y no se observa avance alguno por parte de los grupos, que ya no son armados ilegales, como se creía, sino grupos 'narcoarmados'.

El informe de la Misión Diplomática Internacional Humanitaria, Ruanda 1994, será presentado este martes oficialmente, cuando además se emitirá una teleconferencia entre las ciudades de Madrid, Medellín y Buenos Aires.

http://www.elpais.com.co/paisonline/notas/Febrero122008/ninosguerra.html

"Entre pasiones y necesidades, muchas mujeres combaten en las selvas"

Muchas no superan los quince años de edad. No se han enamorado. Algunas son huérfanas. Víctimas de la violencia doméstica, reflejo de una actitud acorazada donde la promiscuidad, un hijo inesperado o el rechazo familiar las obliga a huir de sus hogares.

Otras simplemente se refugian en las armas y la fuerza que ofrecen las guerrillas de Colombia para defender sus ideales políticos, o servir como instrumentos sexuales para satisfacer la ansiedad que producen la selva, el tiempo, ellas son las voces femeninas de la guerra.

Si Clara Rojas y Consuelo González conmocionaron al mundo con sus relatos sobre las maneras de cómo son tratados los rehenes de las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), las voces y noticias de las mujeres que combaten y se vuelven víctimas de este conflicto también sorprenden.

"Esta guerra es profundamente masculina en su orientación y continuación, es como de machos; el machismo hecho guerra, pero terriblemente femenina en su impacto y frente", comenta Jorge Velázquez, de la Consultoría para Derechos Humanos y el Desplazamiento en Colombia (CODE).

En ese país, las mujeres guerrilleras constituyen 45% de las filas insurgentes, según la CODE, y, en oposición a los roles establecidos por muchas sociedades que marginan a la mujeres en papeles destacados, ellas rompen paradigmas y se ven envueltas en la vorágine de una guerra fratricida.

En las FARC 40% de sus filas está constituida por mujeres que visten uniformes, llevan fusil y se declaran revolucionarias, con derechos similares a los de los hombres, pero nunca iguales.

De las seis mil mujeres que integran el Ejército de Liberación Nacional (ELN), 54% son niñas cuyas edades oscilan entre los 12 y los 17 años.

También había mujeres en las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Muchas de estas guerrilleras quedan embarazadas y son obligadas a abortar. Toman anticonceptivos y las relaciones sexuales tienen que ser consentidas por el jefe del comando.

"Recibimos información de guerrilleras que entregan a sus hijos al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) porque sus comandantes les prohíben tenerlo. Otros corren peor suerte, ya que se los entregan a campesinos de la zona donde acampan", comenta Velázquez.

Muchas de estas niñas y mujeres son utilizadas para fines sexuales de los comandantes, jefes de cuadrillas o guerrilleros rasos. Algunas se enamoran, desean ser madres y no logran soportar el embate de perder un hijo, por lo que deciden desertar.

Y es que en la guerrilla hay una ley inviolable: los niños o niñas que nazcan dentro de los grupos deben prestar servicio cuando estén en edad de operar.

Por ello la evocación del jefe máximo de las FARC Manuel Marulanda sobre Emmanuel, el hijo de Clara Rojas nacido en cautiverio: "Ese niño es mitad nuestro y mitad de la madre".

Dice Velázquez -quien lleva años escuchando testimonios aterradores- que "en los reglamentos de las guerrillas se prohíbe que se tengan hijos, existe un método de planificación familiar tan ordenado que a nosotros nos sorprende".

Dichos métodos no sólo son pastillas, brebajes o inyecciones, sino abortos donde hay mujeres que incluso conservan el feto de sus bebés. Al respecto, la oficial del Ejército Carol Castañeda describió al El Tiempo que un operativo en Tolima halló un cuerpo de cinco meses de gestación dentro de un frasco.

La ley, la norma
Según datos del Programa de Atención Humanitaria al desmovilizado del Ministerio de la Defensa colombiano, tan sólo en 2007, 354 menores de edad se desmovilizaron de grupos armados, huyendo de abusos y maltratos.

La mayoría de estos niños y niñas son utilizados para combates, labores de logística, mensajería y algo más cruel: el placer sexual. Una realidad de todos los conflictos armados.

En la guerra dicen, "todo es válido". Para las mujeres que la hacen las condiciones suelen ser duras, pero para otras es una honra a la patria.

Esa fue la sorpresa de muchos con la comandante Mariana Páez, la guerrillera con mayor exposición en el proceso de paz del el gobierno de Andrés Pastrana en la zona de distensión.

Páez evocó a la revista insurrecta Visur: "Las mujeres en las FARC obedecen a las injusticias sociales de nuestro país. Pero... aunque no hemos logrado superar esa cultura machista en la que hemos sido formados los colombianos, sí podemos afirmar con orgullo que en este tema estamos dando una verdadera revolución, pero estamos felices de batallar".

Entre relatos, batallas, niños, amores y romances la guerra de guerrillas en Colombia sigue atormentando a sus ciudadanos y sorprendiendo al mundo.

En los últimos 4 años se han desmovilizado 1.893 mujeres rebeldes, según el Ejército colombiano. Muchas tendrán que aprender a convivir en sociedad, recuperar a sus familias. Construir una vida. Otras, hacerse la idea de que la batalla sigue.

martes, 12 de febrero de 2008

¿Qué dice realmente el artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño?

1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.

2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.

Es importante comprender claramente lo que el Artículo 12 dice y lo que no dice. No dice "dales derecho de autonomía a los niños" . No dice "dales el derecho a los niños de controlar por encima de todas las decisiones, independiente de sus implicaciones para ellos u otros". No da a los niños el derecho a establecer una tiranía por encima de los derechos de sus padres. Sin embargo, introduce un desafío radical y profundo frente a las actitudes tradicionales que asumen que los niños deben ser vistos pero no escuchados.

Las consecuencias de la deserción En ambos bandos los niños que intentan escapar o regresar con sus familias corren el riesgo de ser ejecutados. En los "consejos de guerra" de la guerrilla se vota a mano alzada si deben morir los combatientes que incurren en faltas. En ciertos casos, tanto las víctimas como los verdugos son niñas. "Tenía que hacerlo porque era una orden", dijo Elizabeth, una joven combatiente de las Farc. "Hubo un consejo de guerra y yo voté que no. El comandante me dijo: 'como usted dijo que no, ahora lo tiene que matar'". El caso de Adriana, registrado en el informe, revela la desesperación de los niños que desean escapar de esto cotidiano de violencia. Ella relata: "un día me escapé durante el día. Había dejado todas mis armas atrás. Estaba haciendo centinela y huí. Me cogieron después de una hora. Los milicianos me reconocieron, incluso con la ropa de civil que me había puesto. Lloré cuando me cogieron. Les rogué que me dejaran ir. Me amarraron con una cadena de metal. No podía mover mis brazos. No me dejaron hablar en el consejo de guerra. Afortunadamente votaron por no matarme. En cambio me hicieron cavar veinte metros de trinchera, me mandaron veinte veces por la leña, y me amarraron a un palo por dos semanas. Me tocó hablar al frente de todos explicándoles por qué había tratado de desertar, por qué había hecho ese error". Adriana, que ha demostrado extremo recelo de contar esta historia, tuvo suerte. El consejo de guerra de la guerrilla decidió no ordenar su ejecución. Los paramilitares que la capturaron después en combate la dejaron con vida y la entregaron al ejército colombiano. Adriana obtuvo una plaza en un programa oficial de rehabilitación. "El Gobierno de Colombia debe dar la máxima prioridad a la desmovilización de los niños de las fuerzas guerrilleras y paramilitares, y el cese de su reclutamiento, en cualquier negociación futura con estos grupos"

Los niños: "Juguetes de guerra"


Aprovechar la inocencia de los niños es un mecanismo de los grupos narcoterroristas que operan en Colombia, para reclutar menores de edad, que por lo general habitan en las zonas más apartadas del país. Estos niños son víctimas de falsas promesas hechas por estos delincuentes, a quienes no les importa destruir los sueños e ilusiones que se viven a esta edad.

Es un acto de crueldad, involucrar a un niño en una guerra que ni siquiera estos narcoterroristas logran entender, pues cómo explicar una ideología que promete brindar un mejor país y un porvenir estable, cuando en realidad esta acabando con el futuro de Colombia, "los niños".

Este testimonio es de un menor perteneciente a un frente de las Farc que asaltó el municipio de Puerto Rico, Meta, ocurrido a mediados de julio de 1999. El menor resultó herido en el mismo hecho.

"Ellos me dijeron, hace seis meses, que les ayudara a conseguir yuca y plátanos; a mi me tocó ir a conseguir eso hace como diez días mas o menos, me dijeron que me alistará que nos veníamos. Me dijeron: chino, alístese que nos vamos. Entonces yo les dije: ¿qué nos vamos para dónde? Me dijeron alístese y de ahí me pasaron un equipo y dentro del equipo venía un enlatado, un uniforme, otras cosas como unas botas de caucho nuevas y ahí fue donde me trajeron para Puerto Rico.

Yo no recibí entrenamiento, ni sabía para dónde venía ni mucho menos que iba a hacer.

Cuando ya veníamos, me dieron un revólver y una pistola. El revólver ya lo sabía manejar, la pistola ellos me dijeron cómo manejarla. Actualmente tengo trece años; a la edad de 4 años me llevaron para los lados del Guaviare.

La guerrilla me llevó a Puerto Rico para atacar el pueblo. a unos muchachos les ordenaron hacer huecos para trincheras. Y de ahí mandaron un grupo para abajo. A nosotros nos dejaron en una loma. El grupo que estaba abajo fue el que empezó a pelear. Entonces nosotros nos metimos dentro de un hueco. Después de estar combatiendo nos tocó salirnos y correr por un alambrado. porque llegó el ejército,. Y el comandante nos ordenó volver otra vez a las trincheras. Ahí estuvimos un rato. y en ese momento sentí una explosión. No se qué me cayó, si un bombazo o una granada de mano. Ahí fue cuando me dejó la vida (perdí el sentido); de ahí yo no supe nada.

Era la primera vez que me traían a un combate. Nos dijeron que veníamos a pelear: Nos daban moral y nos decían que no echáramos balas a la loca. Cuando viéramos al enemigo había que dispararle.

Para este combate venían como treinta niños conmigo, entre quince, catorce y dieciseis. Como ellos permanecían en el pueblo entonces a mi tocó ayudarlos. yo tenía muchos nervios en el combate. Después de que estaba herido ninguno de mis compañeros me ayudó. pasé toda la noche y al otro día por la mañana me levanté, miré para todos lados y no había nadie.

Entonces yo anduve un rato por la carretera y llegué a una casa y había un muchacho. Le pregunté que si tenía un chiro limpio para que me limpiara la herida después que el muchacho me curó salió una señora. me regalo un poquito de chocolate y un pan. Me indicaron el camino para el pueblo.

Cuando llegué al pueblo busqué a unos amigos, pero no los encontré. El único que me ayudó fue el Ejército; ellos me recogieron y me trajeron para el Hospital de Granada.

En este momento yo no volvería a la guerrilla. A uno le queda la experiencia. Yo a ellos los ayudé y después de estar herido ellos me dejaron, ninguno me ayudó."

El 86,9 por ciento de los niños en las filas de grupos armados está por su propia voluntad



Así lo reveló un estudio sobre reclutamiento de menores en el país, encargado por la Organización Internacional de las Migraciones y que fue dirigido por Natalia Springer:

Durante la elaboración del estudio 'Prisioneros combatientes. Del uso de niños, niñas y adolescentes para los propósitos del conflicto armado' se entrevistaron 473 niños y adolescentes desvinculados del conflicto, hoy bajo protección del ICBF.

También hizo entrevistas directas con los máximos jefes de las autodefensas en la cárcel de Itagüí, altos jefes del Eln y mandos medios de las Farc.

Springer concluyó que entre el 15 y el 20 por ciento de las filas de las Auc, las Farc y el Eln estaban integradas con menores antes de la desmovilización 'para'.

Serían de 8.000 a 11.000 los niños combatientes de algún grupo armado antes de la desmovilización de las Auc, si se tiene en cuenta que eran unos 35 mil paramilitares, unos 17 mil guerrilleros de las Farc y otros 3 mil del Eln.

De los menores entrevistados el 52,1 por ciento perteneció a las Farc; el 29,1 por ciento a las Auc y el 16,8 por ciento al Eln.

El alto porcentaje de niños que ingresaron voluntariamente revela condiciones de violencia intrafamiliar y necesidades económicas, señala Springer.

Hay conclusiones dramáticas: el 63,3 por ciento dijo haber iniciado sus relaciones sexuales entre los 11 y los 14 años y el 8,9 por ciento tuvo su primer contacto entre los 4 y los 10 años. En muchos casos se trató de violaciones, aclaró Springer.

El 82,4 por ciento dijo además que no había diferencia entre las actividades que debían realizar en comparación con las de los adultos.

Usados para poner minas

Entre sus labores estaban:

  • Inteligencia o vigilancia (el 92,5 por ciento)
  • Combatir (80,9 por ciento)
  • Extorsionar (10,1 por ciento)
  • Secuestrar (6,8 por ciento)

De la clase de trabajo que los menores hacían antes de ingresar al grupo armado formalmente, estaba el de instalación de minas y explosivos.

El 52,2 por ciento de los consultados lo hizo. El vicepresidente Francisco Santos, presente durante la entrega del informe, señaló que las zonas de reclutamiento de menores, de campos minados y de cultivos ilícitos "casi que coinciden".

De hecho, de los 473 menores entrevistados para el estudio, el 52,7 por ciento dijo haber trabajado para un grupo con influencia en una zona de cultivos ilícitos.